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Version française (par Danièle
BONINI)
NOTAS SOBRE
GENEALOGIA HISPANICA
Los apellidos españoles, como los de otros países europeos, comenzaron a ser
utilizados a partir de los siglos XI y XII. Su evolución y sus características no son
diferentes a los de esos otros países. Sin embargo, hay algunas particularidades que
conviene resaltar:
Es frecuente que los españoles -y los hispanoamericanos, cuyos
países heredaron el sistema español de apellidos- tengan problemas en otros países,
donde no siempre se entiende que el apellido no es solamente el ULTIMO que aparece en
la lista; que no existe el llamado "middle name" ni que existe
nada parecido a un "nombre de soltera" para las mujeres casadas...
LA MUJER CASADA.- En el sistema
español, (y esto fue así desde la Alta Edad Media, hace casi mil años), la mujer,
casada o soltera, NUNCA CAMBIA SU APELLIDO POR EL DE SU ESPOSO. Tanto hombres como mujeres
conservan siempre sus propios apellidos.
A veces, para uso social y en determinados ambientes, aparece la fórmula "de
-apellido-del-esposo". Por ejemplo, una mujer que se llama Margarita LOPEZ ABREU,
casada con Fernando CABRERA PINTO, puede utilizar en actos sociales el nombre Margarita
LOPEZ ABREU 'de CABRERA', y en caso de enviudar, puede aparecer en una nota social de
prensa como Margarita LOPEZ ABREU 'Viuda de CABRERA'. Sin embargo, estas fórmulas no se
usan con frecuencia, y, sobre todo, no pueden aparecer nunca en un documento oficial o
legal, censo, acta de Registro Civil, árbol genealógico, etc...
LOS NOMBRES.- Delante de los apellidos,
como en todos los sistemas de la Cultura Occidental, se coloca el nombre, que puede
consistir en uno o varios nombres. No existe el "middle name" del sistema
anglosajón. Tradicionalmente, el nombre ha estado formado por varios de ellos (mis
nombres son "Julio Néstor Juan", aunque cotidianamente se me llame sólo
'Julio'). Los miembros de la Realeza o de la aristocracia solían tener (y los de la
Realeza aún tienen) varios nombres. Actualmente la ley limita el número de nombres, y se
encuentran más casos de nombres únicos.
Los añadidos tales como "Junior", o los ordinales ("2º",
"IIIº", etc...) no se conocen en el sistema español de nombres, a menos que se
sea un monarca reinante.
LOS DOS APELLIDOS.- Cada persona tiene
dos apellidos: el primer apellido es el primer apellido del padre; el segundo apellido es
el primer apellido de la madre.
Por ejemplo, si yo me llamo Julio 'RANCEL VILLAMANDOS' (' ' son mis apellidos) y mi mujer
se llamaba Beatrix 'SERAL ARANDA' (' ' son sus apellidos), nuestro hijo se llama Mayec
'RANCEL SERAL', siendo 'Rancel Seral' sus apellidos. Evidentemente, mis apellidos proceden
de mi padre (Julio 'RANCEL MARTIN') y de mi madre (Margarita 'VILLAMANDOS CABRERA-PINTO').
Los de mi mujer procedían de sus padres: Tomás 'SERAL CASAS', y Gloria 'ARANDA LAGUNA'.
Aunque en un principio el sistema puede parecer farragoso para
alguien no habituado a él, de hecho a los españoles les resulta mucho más
complicado el que la esposa se llame como el esposo -a veces suena a que se han casado
un hermano con su hermana... Además, para realizar investigaciones genealógicas, es
mucho más fácil establecer parentescos cercanos al conservar sus apellidos las mujeres
casadas. Es más sencillo establecer parentescos dada la existencia de DOS apellidos en
vez de uno. Por ejemplo, mi hijo se llama Mayec 'RANCEL SERAL'. Un hermano de mi mujer,
Delfín 'SERAL ARANDA', ha contraído matrimonio con Marina 'ARESPACOCHAGA MAROTO'. Sus
hijos (Manuel, Tomás, José y Marina) tienen los apellidos 'SERAL ARESPACOCHAGA'. Mi
hijo, que es un 'RANCEL SERAL', comparte con sus primos hermanos el apellido común. En el
sistema de un solo apellido, sería sólo Mayec 'RANCEL', sus primos serían sólo
'SERAL', y resultaría más difícil localizar un parentesco, con más razón aún si
tenemos en cuenta que su madre habría perdido sus apellidos (SERAL ....) para tomar los
míos.
Hace unos años se modificó la legislación en España, de forma que el orden de
los apellidos puede ser cambiado: el primer apellido materno en primer lugar, y el paterno
en segundo lugar. Este cambio puede realizarse por mutuo acuerdo del padre y de la madre,
o por elección del interesado/a al llegar a la mayoría de edad (18 años).
LOS APELLIDOS DOBLES o COMPUESTOS.- Algunas
veces, los apellidos españoles son "dobles" o "compuestos". Por
ejemplo, en la familia de mi madre, "CABRERA-PINTO" no son dos apellidos, como
lo fueron en su origen, sino que han llegado a formar uno solo. En el origen de ello
pueden haberse dado diferentes razones:
-- El primer apellido era muy frecuente, mientras que el segundo no lo era tanto (por
ejemplo, "López Abreu"). Eso lleva, con el tiempo, a que sus hijos no sean
conocidos como "López + apellido de la madre", sino como "López-Abreu +
apellido de la madre".
-- La persona que lleva los dos apellidos adquiere fama, sea por el arte, la política, la
guerra, el deporte, etc... Habrá una tendencia, entre sus descendientes, a mantener los
dos apellidos unidos para perpetuar la memoria de esa persona. Esto también suele darse
con cierta frecuencia entre familias de clase alta.
Para que los apellidos compuestos tengan validez, debe demostrarse
ante un Tribunal de Justicia que se han venido usando socialmente desde mucho tiempo
antes, y que el entorno social reconoce a esa persona por su apellido doble. En ese caso,
el Juez pronunciará una resolución que permite el uso oficial -y la transmisión a los
descendientes- del apellido doble como si fuera uno solo.
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El sistema de los dos apellidos y su transmisión (primer apellido
del padre + primer apellido de la madre) es legalmente obligatorio y ha estado en vigor
desde hace más de un siglo. Hasta la primera mitad del siglo XIX, la transmisión y el
uso de los apellidos siguió las mismas reglas pero se admitían muchas excepciones, que
pueden complicar una investigación genealógica.
Hasta el siglo XIX se podía dar el caso de hermanos y hermanas que
tuvieran apellidos diferentes, siendo hijos del mismo padre y de la misma madre. Esto era
así porque en esas familias se extendió la costumbre de que cada hijo o hija escogiera
sus apellidos (primero, segundo, y ¡hasta tercero!) de entre los existentes en las
generaciones de sus padres y sus abuelos. Nada impedía que alguien llevara como primer
apellido el segundo apellido de su abuela materna, seguido del primer apellido del abuelo
paterno, por ejemplo. Las razones para escoger uno u otro apellido podían ser: la persona
en cuestión los tomaba como homenaje especial a un antepasado concreto; o bien el
portador entendía que los apellidos escogidos eran de mayor prestigio social que los
otros existentes; o, en algunos casos, era una obligación impuesta en un testamento para
recibir una herencia de un abuelo o una abuela, o algún otro pariente.
Así, por ejemplo, en la genealogía de mi familia se encuentran
dos hermanos nacidos en 1698 y en 1715, hijos de los mismos padre y madre, el uno llamado
Tomás MENDEZ de ABREU, el otro llamado Cayetano de ABREU CRESPO. Y hay casos aún más
extremos, donde ninguno de los apellidos coincide.
Con este sistema, ¿cómo puede elaborarse una genealogía anterior
a 1800?
La respuesta es:
- -- Primero, esto no se dio en todos los casos. Muchas familias
mantuvieron la transmisión "normal" de los apellidos.
-- Segundo, las actas de bautismo y matrimonio, los testamentos y las
"Ejecutorias" continúan siendo los instrumentos válidos y seguros para
estudiar las genealogías anteriores al siglo XIX. En las actas figuraban padre, madre y
abuelos por ambas ramas; en los testamentos aparecían normalmente todos los ascendientes,
los cónyuges y todos los hijos habidos en cada matrimonio. Las "Ejecutorias",
expedientes oficiales donde se probaba la capacidad para asumir cargos, títulos y honores
públicos, recogían normalmente las actas correspondientes a dos, tres o cuatro
generaciones de antepasados, así como información suplementaria sobre otros parientes.
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Los casos más frecuentes, y que son exclusivos de las genealogías de
España y Portugal, son los apellidos terminados en "EZ" ("ES", en
portugués). Este sistema de apellidos proviene de los Visigodos, el pueblo germánico
que, con la decadencia del Imperio Romano, se estableció en la Península Ibérica y
fundó aquí un Reino, aunque en realidad la terminación procede del latín, el
idioma que hablaba la población hispano romana. "EZ" (-is, -ius) significa "hijo de", y equivale a las
terminaciones "-son" de los apellidos de origen nórdico (Anderson, Johnson),
"-vitch" o "-ievna" de los patronímicos rusos (Nikolaievitch), etc...
Así, el origen remoto de un "González" está en alguien que fue llamado 'Hijo
de Gonzalo' (Gonzál-ez); "Pérez" en 'Hijo de Pero' -o sea, Pedro-, (Pér-ez);
etc... De esta manera, toda una serie de apellidos hispánicos muy frecuentes tiene su
origen, en la Edad Media, en el nombre propio del padre. Estos son algunos de los nombres
originarios:
- Alvarez: Hijo de Alvaro
- Díaz, Díez: Hijo de Diego
- González: Hijo de Gonzalo
- Gutiérrez: Hijo de Gutier (Wutier o Wotier)
- Fernández: Hijo de Fernando
- Henríquez: Hijo de Enrique (Henrique, en escritura medieval)
- Hernández: Hijo de Hernando, que es igual que 'Fernando'. En castellano primitivo,
muchas de nuestras actuales 'H' eran 'F'
- López: Hijo de Lope
- Márquez: Hijo de Marco
- Martínez: Hijo de Martín
- Méndez: Hijo de Mendo
- Núñez: Hijo de Nuño
- Pérez: Hijo de Pero (Pedro)
- Rodríguez: Hijo de Rodrigo (Roderick)
- Ruiz: Hijo de Ruy (Roy)
- Sánchez: Hijo de Sancho
- Suárez: Hijo de Suero
En algunos casos, el nombre propio del padre se transformó en apellido
incluso sin la terminación "EZ", y éste es el caso de apellidos tales como
García, Martín, Simón, etc...
Estos apellidos se crearon en la Edad Media. Por lo tanto, los
orígenes de las numerosas -y diversas- ramas que existen de estos apellidos son
diferentes en cada caso, sin que se pueda decir normalmente con exactitud de qué
"Gonzalo" proceden exactamente unos González, o de qué "Pedro"
descienden unos Pérez. Las únicas escasas excepciones son las de los descendientes
directos de algunos Reyes o de la Alta Nobleza de Castilla y León, Aragón o Navarra, de
los que existe documentación suficiente.
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Este es un caso muy frecuente entre los apellidos españoles.
Supongamos que una persona llamada Fernando, que vivía en la ciudad castellana de Aranda,
se trasladó a la ciudad de Valladolid. Entre sus conocidos había varios 'Fernandos',
así que comenzó a ser llamado 'Fernando el de Aranda', y en poco tiempo, 'Aranda' se
transformó en apellido y se transmitió a sus descendientes.
La particularidad que hay que tener en cuenta es que, NORMALMENTE,
para que se cree un apellido así, la persona debe salir de su lugar de origen y
trasladarse a otra población. Efectivamente, si este Fernando de nuestro ejemplo hubiese
continuado viviendo en Aranda, sus vecinos difícilmente lo hubiesen llamado 'el de
Aranda'. Es decir, un apellido de lugar geográfico significa normalmente que el
antepasado con el que nació el apellido familiar procedía originariamente de dicho
lugar, pero la familia propiamente dicha se estableció y procede de un lugar diferente,
que puede ser cercano o muy lejano del primero.
Otra forma de origen de los apellidos toponímicos es la pertenencia a una familia
que era la propietaria o señora de dicho lugar. Por ejemplo, los miembros de una familia
que poseía la casa fuerte o señorial del lugar de Frías (Burgos), recibieron el
apellido "de Frías", a veces como único nombre de familia, a veces compuesto
(por ejemplo, González de Frías, Salazar de Frías).
Se dice con frecuencia que los apellidos españoles de nombres de
ciudades y pueblos son de origen judío. Esto no puede afirmarse de forma generalizada. Es
cierto que en muchos casos, los judíos convertidos al cristianismo adoptaron como
apellidos el de la ciudad donde vivían ('Toledo', 'Zamora', etc...). Sin embargo, otras
muchas ramas surgieron de esas ciudades por los sistemas descritos en los párrafos
anteriores, sin que eso implique su origen en la importante minoría judía española de
la Edad Media.
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© Julio N. Rancel
Membre de l'Annuaire
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